Vanesa Colls, Marta Arrufat e Ingrid Casasús nos explican las complicaciones que han tenido frente a la pandemia como Periodistas de Salud.
A las 15 horas en punto, ya estaba todo preparado para la charla. La gente se sentaba y esperábamos a que llegara gente online, a través de Meet, para la gente que no había podido asistir presencialmente.
Vanesa Colls, directora del grado de Periodismo y Comunicación Corporativa, presentaba la charla, que era sobre el trabajo del periodismo y del gabinete de prensa durante la pandemia, y a sus compañeras, Marta Arrufat e Ingrid Casasús, que trabajan en el sector del periodismo en primera fila, como periodistas de Salud.
Marta Arrufat nos explica cómo llegó a ser Periodista de Salud de TV3: estudió en Blanquerna en la generación del 94-98; empezó a hacer de becaria en 2º de carrera, durante los fines de semana, en las noticias de Radio Estel; en el 97 estuvo en TV3 en un programa; estuvo de voluntaria en los informativos de TV3, y por último, estuvo en los informativos de TV3, hizo incluso oposiciones y se quedó fija en esta. Explica que está en temas de Salud por casualidad, ya que desde un principio estuvo en inmigración y le ofrecieron con una compañera, pasar a los temas de Salud.
Ingrid Casasús nos habla sobre cómo llegó a ser Periodista en Servei Catalá: comenzó periodismo escrito, porque le gustaba más, pero una vez hizo prácticas se dio cuenta de que no era lo que ella imaginaba, así que le ofrecieron hacer prácticas en un gabinete de Comunicación (el de la Cruz Roja), y desde entonces no salió de esos gabinetes. A los 3 años, fue al Colegio Farmacéutico, porque cambió el jefe de la cruz roja y, como explica ella, tiene que estar muy de acuerdo con todo lo que dice el jefe, cosa que no coincidía del todo con sus ideas, hasta que llegó a un punto que se dio cuenta de que habían muchos recortes en salud por parte del Gobierno; estuvo unos meses en Comunicación Corporativa en la Consejería de Salud, pero no fue lo que esperaba y se fue. Hizo un periodo de “desintoxicación”, y por último, acabó en el Hospital Vall De Hebrón, el cual le gustó muchísimo y, justo hace un año y tres meses, comenzó a trabajar en el Servei de Salut, que es la entidad que gestiona, coordina y planifica todos los servicios sanitarios de los ciudadanos.
Cómo han vivido este año
Casasús nos explicaba que al entrar a trabajar en el Servei Català de Salut, solamente tres meses antes del inicio de la pandemia, no conocía suficiente la organización con la que se trabajaba y eso dificultaba mucho su trabajo. Además, las dos han coincidido en que vivieron momentos de miedo al no tener la información que necesitaban, y estando prácticamente desprotegidas ante la situación.
Arrufat, ha añadido que era la situación más desconocida a la que se habían enfrentado hasta el momento, y que no estaban preparados para algo así. Trabajaban las 24 horas del día porque la información cambiaba en pocas horas y debían explicarlo todo en una emergencia sanitaria; tenían una responsabilidad muy importante al ser las encargadas de mantener a la población, que estaba encerrada en casa esperando buenas noticias, y debían escoger qué y cómo lo contaban sin caer en sensacionalismo.
Además, lo hacían en equipos de tres personas, que nunca se encontraban presencialmente para no contagiarse y poder cubrirse en caso que alguno de ellos cogiera el virus.
La pandemia cambió por completo su dinámica de trabajo a una que jamás habían experimentado y que, probablemente, no hubiera sido necesaria en otras circunstancias.
También han remarcado que había una parte personal que no podían evitar: la cercanía de la pandemia, el hecho de que ellas también tenían familiares que podían contagiarse, y acabar en la UCI, como todos los que veían a diario.
Dificultades de la comunicación (entrar en ucis y eso)
Primero nos han hablado de las dificultades que tuvieron para dar el contexto: no tenían ni tiempo ni oportunidad para hablar con todos los hospitales y residencias, y escuchar sus versiones, así que tenían que sacar sus propias conclusiones a partir de los testimonios que podían escuchar, que muchas veces era a través de videollamadas con trabajadores que estaban en primera fila, para que les contaran la experiencia que estaban teniendo, y lo que realmente pasaba detrás de las puertas del hospital o residencia.
Por tanto, no tenían la certeza de estar reflejando lo que realmente estaba pasando, pero recalca que en todo momento intentaron ser honestas, y trabajar lo mejor posible dentro de las posibilidades que tenían al estar trabajando de una manera muy diferente a la habitual.
A esto se le añadió la dificultad para acceder a las residencias y hospitales. Entienden que las personas que están en la UCI tienen familiares que no quieren verlos en la televisión en esas condiciones, pero estábamos viviendo un momento histórico y la gente debía saber qué era lo que estaba pasando ahí dentro, que es en lo que se basa el periodismo.
Aunque les costó muchas discusiones y les echaron de algún centro, en algunos casos conseguían entrar aunque no siempre de la manera que querían. Todo dependía del centro, cada uno decidía cuáles eran los límites, y en algunos no podían ni entrar los familiares para despedirse, y mucho menos periodistas a hacer fotos.
Cómo han ayudado las redes sociales
Arrufat explica que las redes sociales, como por ejemplo Twitter, la que ella más utiliza, van muy bien ya que tienes toda la información sobre Salud, el tema que ella más sigue, de prácticamente todo el mundo y información importante que pueda servirle, en cambio, existen fake news que han provocado muchos dolores de cabeza y que ellos tienen el deber de desmentir, “se trata del que más rápido corra”.
Casasús, por otra parte, nos explica que ellos prácticamente no tenían redes sociales abiertas, solo tenían Twitter y un Facebook que no se utilizaba. Comenta que puedían dar opiniones y que necesitaban una cuenta en alguna red social que diera toda la información a través del mismo medio. Habla sobre el Canal Salut, que ya estaba en marcha. Lo consideraron el sitio principal a través del cual podían comunicarse con la ciudadanía. Hicieron muchas campañas de carteles a través del área del marketing para la población. Destaca la Costa Brava, donde se recordaban cosas como el uso de la mascarilla o la distancia de dos metros.
Ingrid dice que tenían claro que todas las normativas nuevas, si las ponían en Canal Salut, iban a llegar a todos. Abrieron un chat de Telegram para colgar información, y activaron un LinkedIn para los profesionales, ya que ahí es donde los profesionales están siempre activos. Por último, explica que activaron un canal de Youtube donde cada semana actualizaban nuevo contenido. Tenían un equipo que se encargaba de explicar las cosas en pocas hojas e incluso hacían vídeos para ellos, para que la gente no tuviera que leerse las 70 páginas que ocupaba el informe original.
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