Los fotógrafos nos han enseñado la cuarentena desde otro punto de vista el cual nosotros no podíamos ver.
Hace ya un año que nos pusieron un estado de alarma y, como hemos podido comprobar, el hecho de estar encerrados nos ha hecho estar más en contacto con las pantallas.
Hoy, Emilio Morenatti y Jordi Borras, ambos fotógrafos, nos han explicado cómo se las han apañado para seguir trabajando durante esta pandemia y, como vamos a comprobar, no ha sido nada fácil para ellos, ya que tenían controversias por lo ético y moral, lo que debían y no debían o lo que podían y no podían fotografiar.
Pese a haber estado encerrados, hemos hecho varios “retos” en las redes sociales y hemos conseguido distraernos de alguna manera de la situación por la cual estábamos y estamos pasando actualmente.
Antes de la cuarentena
La ciudadanía no esperaba que el virus llegaría a España, pues el gobierno y los propios sanitarios nos decían que no llegaría nunca y que si llegaba sería en casos aislados. Todo el mundo se tomaba a broma el Coronavirus y comenzaron a hacer “memes” de ello.
El 31 de enero se confirmó el primer caso de Coronavirus en España, pues fue de las primeras pruebas que se hacían para saber si se tenía o no el virus. Hay mucha gente que estuvo enferma por esas fechas, con una especie de resfriado que daba mucha tos, con síntomas muy parecidos a los del virus: sensación de falta de aire, dolor de cabeza, tos, fiebre y diarrea, entre otras. Cuando ibas al médico por ello, porque te asustaba un poco haber contraído el virus, te preguntaban si habías viajado al extranjero y, si contestabas que no, te decían que era un resfriado común o una gripe fuerte, que descansaras y ya está.
Poco después, el 13 de marzo, el Gobierno decretó un estado de alarma y nos confinaron a todos en casa. La gente seguía tomándolo a broma con frases como “15 días de vacaciones y volvemos al trabajo”, pues en teoría nos habían dicho que habría solo unos casos aislados.
Al final, la cuarentena se seguía alargando 15 días tras 15 días y parecía que nunca tendría final y llegó a durar hasta 3 meses.
Más gente usa Internet y las Redes Sociales
Es un hecho que las redes sociales han sido más utilizadas durante los tiempos de cuarentena, ya que, pese a haber mil cosas por hacer en casa, como pueden ser, por ejemplo, manualidades y juegos con nuestra burbuja de convivencia, hemos decidido pasar el tiempo y olvidarnos de nuestro entorno con ellas.
Durante la cuarentena de 2020, varias redes sociales han aumentado el número de usuarios, incluso casi duplicándolos. Instagram ha sido la Red Social que más ha obtenido, con un 49% de usuarios nuevos, en segundo lugar se debatiría entre Facebook y Tiktok, los cuales han obtenido un 39%, seguidamente iría YouTube con un 38%, no muchos menos que los anteriores, después irían LinkedIn y Twitter, con un 27% y un 26% respectivamente, por último les siguen Pinterest con un 23% y Tinder con un 22%.
Como podemos observar, han aumentado mucho el número de usuarios que consumen las Redes Sociales a las que podríamos considerar las más famosas en España. Esto nos confirma que los usuarios han decidido evadirse de la realidad tan dura que estamos viviendo.
La cuarentena desde dentro
La pandemia nos ha cambiado y afectado a todos en muchos aspectos, uno de los cuales ha ganado mucha visibilidad ha sido la salud mental. La población se ha visto afectada con depresión, ansiedad y otros problemas psicológicos que nunca antes habían experimentado. Y es que estuvimos prácticamente 3 meses encerrados en nuestras casas, eso cambia y afecta a cualquiera. Durante esos 3 meses aprendimos a cocinar, pintar, bailar, trabajar a distancia, hacer videollamadas y un largo etcétera. Nos ayudó a reinventarnos y nos pudimos conocer a nosotros mismos un poco más.
El uso de las redes sociales incrementó y en estas crecieron los retos y hashtags en los que la gente se mencionaba y se retaba para cumplirlos. Muchos de ellos se viralizaron pese a ser más bien ridículos. Se crearon cadenas interminables de varios de ellos, desde dibujar una zanahoria o una naranja hasta usar el papel higiénico para Dios sabe qué. La mayoría de famosos se unieron a estos retos, e incluso fueron los creadores de algunos de ellos.
También fueron muchos los que aprovecharon el confinamiento para hacer ejercicio y ponerse en forma. Influencers como Patry Jordan o Chloe Ting tuvieron un auge de seguidores y fama durante esos 3 meses. Otros se entretenían mirando los directos de Instagram de Ana Milán y otros tantos haciendo los últimos trends de TikTok.
La cuestión era divertirse y hacer algo diferente dentro de la monotonía, algo que permitiera a la gente distraerse por unos instantes de la gravedad del asunto.
La cuarentena desde fuera
Muchos de nosotros no experimentamos la pandemia desde dentro, esto nos hacía estar evadidos de la realidad. Veíamos los números de contagiados que incrementaban cada vez más y las pocas imágenes que conseguían emitir las noticias y los fotoperiodistas. Imágenes que han sido criticadas e incluso repudiadas, estas han creado una controversia brutal, pero; ¿cómo podríamos haber presenciado lo que estaba pasando sin ellas?
Emilio Morenatti fue capaz de capturar los momentos y sentimientos más importantes de esta pandemia. Nos enseñó que la pandemia era real y nos ayudó a ponerle cara al virus. Sin imágenes como las suyas y las de muchos otros profesionales no podríamos habernos imaginado nunca lo que se vivía fuera de nuestras casas.
Logramos entender cómo se vivió la pandemia en las calles y como la soledad les arrebataba la vida gracias a fotografías como estas:
La famosa y polémica foto de los ataúdes en el parking del tanatorio, fue tomada por él. Esta nos dio mucho de qué hablar, sobre todo a los negacionistas dudando de si estaban llenos o vacíos.
Pero su fotografía más famosa, la que realmente ha dado la vuelta al mundo, es la del abuelo hospitalizado en el Hospital del Mar (Barcelona). Él estaba hospitalizado por COVID-19 y solo quería volver a sentir el sol y la brisa del mar otra vez. Esta imagen apeló a los sentimientos de todo el mundo y visibilizó aún más la humanidad de los trabajadores del hospital.
Estas son unas de las imágenes que más repercusión han tenido y que describen de mejor manera lo que ha significado la pandemia durante el estado de alarma en nuestro país.
Después de la cuarentena: la irresponsabilidad
Al salir de la cuarentena nos pusieron una serie de normas que harían que el confinamiento domiciliario acabara, pero que no se volviera a propagar el virus. La gente parecía concienciada con lo que acababa de ocurrir: tres meses de cuarentena con casi 30.000 fallecidos; pero todavía podíamos observar a gente por la calle sin mascarilla.
Tiempo después, como la gente creía que el Coronavirus no iba a acabar nunca, comenzaron a hacerse fiestas ilegales con más del número permitido por el gobierno, una incluso llegó a tener 200 personas, en la que detuvieron a muchas personas y los multaron.
Día tras día iban saliendo más y más casos y la gente seguía incumpliendo la normativa, haciendo incluso papeles falsificados o creados por ellos mismos. Un ejemplo sería una mujer que llevaba un papel escrito por su supuesto médico, pues no estaba ni sellado ni firmado, diciendo que no hacía falta que llevara la mascarilla, la paró un policía y le puso una multa por no llevarla y ella intentó que se la quitaran al grito de “¡Habeas corpus, ya!”. Así como ella, ha habido muchos casos en los que han tenido que multar por no cumplir el reglamento.
Actualmente, estas fiestas ilegales siguen estando: el 14 de marzo de 2021, hace apenas unos días, la policía intervino en una de ellas con más de 700 personas en Linares, cosa que nos demuestra la irresponsabilidad que sigue habiendo y la poca consciencia que tienen las personas sobre el virus.
Si lo juntamos todo, podemos llegar a entender el por qué todavía seguimos estando con un virus en España y, quizás, deberíamos velar los unos por los otros y ser más responsables para acabar lo más pronto posible con todas las restricciones e incluso podremos disfrutar más de todo aquello que están haciendo ilegal, pero legalmente.
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